Una vez en clase, los alumnos pasaron al frente para mostrar y explicar cómo elaboraron su circuito eléctrico, los elementos que lo formaban y el funcionamiento del mismo. Pude notar que muchos de los alumnos fueron más allá de lo establecido en el libro y agregando un poco de creatividad en sus trabajos, presentaron nuevos modelos de circuito eléctrico con baterías de distinto voltaje y focos de diferentes formas y colores. Después de sus exposiciones, la situación de aprendizaje continuó con la comprobación de que materiales eran conductores o aislantes de electricidad. Dicha comprobación partió de la experimentación con materiales donde la corriente eléctrica seguía su paso y hacia encender el foco y con materiales que impedían que el dispositivo lograra prender.
Una situación que me llamo la atención, fue la actitud de uno de los niños llamado Marco, el cual aportó al grupo parte de sus conocimientos dentro de este campo de la electricidad puesto que su padre y otros familiares cercanos tienen trabajos relacionado con la reparación de aparatos eléctricos. Cuando un foco no lograba encender, el alumno mencionaba la causa, la cual en muchas de las ocasiones fue que el voltaje de la batería no era el suficiente, a lo que Marco pedía pilas a sus compañeros y hacia que el foco prendiera.